La musa al licor del poeta;
alcohol al anochecer compone escritos con lagrimas de pluma,
tinta de licor que se derrama en las hojas de petunias;
relatando de amores perdidos y amores encontrados.
Relata el instrumento de la musa de whisky y vino de sombras y años,
las memorias de tristeza.
Alma mía quien lleva arrastrando el camino en mis pies,
par de manos donde guardo el mapa de esta salvaje ciudad,
el tiempo engriso la copa de este árbol;
ojos caídos como si no supiera que es estar dormido.
Yo el ser del yo!
Tuve unas manos que una vez entrelazaron estos dedos pero ahora invisible esta la mano de la mía.
Yo si yo!
Una vez otros labios rozaron los mios y ahora muero por reencontrarlos.
Yo, yo!
Estuve envenenado de amor... Pero ahora el recuerdo se viste de un agudo dolor,
ahora el recuerdo es un cuchillo al corazón,
ahora el recuerdo hace que sea un octubre de lluvia sobre mi cara.
Una parte de mi corazón se lo llevo la persona quien a mi vista la cegó
y con sigo llevo a flotar con ella parte de mi alma;
la otra parte de la alma
y corazón la tengo yo,
llenas de amor
y siempre
con el recuerdo de su dulce voz.
Ella ha invadido el cielo
y lo conquistó haciendo de el un lugar mas bello;
la rapto la sombra para no devolverla mas;
la quito de mis brazos que ahora solo sujentan el viento.
¡Dolido estoy, dolido estaré!
Río de cristales son mis ojos.
Trate de protegerla del filo de plata,
la muerte embriagada se disfrazo de mendigo y logro romper tu piel...
¡Duermes, duermes en mis regasos!
Sobre tu tela cae el llanto de mil tristezas;
se desdibujó la alegría
y corrió al fondo de las alcantarillas.
¡La perdí, se escapo!
El ron se convirtió en llanto de penas
y con dolor del no saber como pasar la pagina, pero hay que aprender a pasarla...
Del Creador somos y al Creador volveremos...
Te soñaré dentro o fuera del sueño pero siempre te soñaré...
Daniel. C
San José, Costa Rica.
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