Tus ojos traicionaron lo que en mi vivía,
en fuego se consumió la vida.
Muerte lenta fue mirarte,
muerte dulce soñarte.
Me entregué al sufrimiento,
a la tentación,
me entregué a amarte.
Tus labios me condenaron al encierro,
aniquilado por el delirio,
ahogado en sueños.
Bajo rosas
e ilusiones en eterno descanso me encuentro
En el amor caí...
En el amor morí...
-Daniel C.
sigue cultivando esa pasión por la escritura, lindo poema
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