En este diálogo Séneca habla que la vida feliz se obtiene por medio de la práctica de la virtud y no por medio del placer la cual no le otorga libertad interior.
La felicidad se puede ver desde un punto de vista objetivo se puede encontrar aspectos que se reúnen para que una vida sea feliz o sea una miseria. Ella se arraiga en la vida virtuosa, en vivir de acuerdo a la razón y la sabiduría; la cual no depende de factores externos o placeres momentáneos que se pueden confundir con una vida feliz. Es fácil caer en la ilusión que una vida placentera es igual a una vida feliz, Seneca argumenta en contra del hedonismo y el epicureísmo.
Para evitar ir por el camino incorrecto que no nos lleve a la felicidad uno debe:
- Separarse de la multitud. "La prueba de lo peor es la multitud" - Seneca
- Determinar lo que deseamos, establecer un propósito
- Examinar por donde dirigirnos
- Caminar con rectitud, independientemente del camino o lo que uno desea; la virtud es la verdadera fuente de felicidad
La persona feliz está a merced de la razón, libre del deseo y del temor, esto lo hace inmune a las eventualidades de la vida. La razón lo mantiene expuesto a la verdad, no se deja engañar por apariencias que satisfacen la perversidad del hombre que carece de razón.
El hombre feliz solo ve el alma de las personas, para el no hay situación buena o mala, solamente alma buena o mala; es amigo de la virtud y enemigo del placer; cuyo espíritu libre es estable, fuera del miedo y del deseo.
No hay cordura en elegir algo que nos dañará el día de mañana solo por satisfacer el día de hoy. Sin cordura nadie puede ser feliz. Sin el juicio recto nadie puede ser feliz. El hombre feliz es indiferente de la fortuna y sabe que una vez sometido al placer, el se convertirá esclavo del dolor
"Elegir lo malo en vez de lo bueno es locura."
Séneca argumenta que incluso la persona más infame es capaz de tener una vida placentera pero eso no quiere decir que sea una vida virtuosa y hay gente virtuosa que no viven una vida placentera, llena de penurias a pesar de ser honestas. Los conceptos son totalmente opuestos, que una persona experimente una cosa no quiere decir que la otra este presente.
"La virtud es algo elevado, excelso y regio, invencible, inagotable; el placer, algo rastrero, servil, cobarde, caduco, cuya residencia y domicilio son los burdeles y las tabernas."
La virtud no tiene vergüenza de practicar a luz del día, en cambio el placer busca la oscuridad para deleitarse. La virtud es inmortal, no se puede acabar, y no se siente hartazgo ni descontento. El placer, por el contrario, justo cuando se deleita, se extingue; una vez satisfecha no hay espacio para más.
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** En verdad en nosotros reside el bien como una naturaleza que forma parte de nosotros?
"Por consiguiente, puedes afirmar decididamente que el sumo bien es la concordia del alma; pues las virtudes habrán de estar allí donde existan consenso y unidad: los vicios son el desacuerdo."
Tenemos cierto compás interno que nos indica que es bueno y que es malo, se podría decir que objetivamente es malo matar o robar pero también internamente estamos inclinados a cuidar de nuestros propios intereses de manera egoísta y también satisfacer nuestros propios deseos; naturalmente no estamos entrenados a ver las consecuencias de nuestras decisiones a pesar de contar con la capacidad de ver los posibles resultados de ellas, pero por tener la capacidad no quiere decir que es una habilidad que logramos aplicar de manera instintiva. Ir de fiesta, emborracharse es una actividad placentera, a primeras instancias no parece mala porque satisface los placeres que uno tiene y solamente a través de la reflexión uno logra concluir que no es una actividad que traiga beneficios a pesar de ser placentera.
Se puede decir que compartir, ser bondadoso forma parte del sumo bien, de la vida virtuosa; pero naturalmente el niño; al que no se le haya explicado alguna regla moral, puede llegar a comportarse de manera egoísta si se encuentra en una posición competitiva o reconoce la falta de recursos.
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No practicamos la virtud porque procuramos el placer, el placer es un subproducto de practicar la virtud.
"El placer no es la recompensa ni la causa de la virtud."
La virtud por si sola es placentera, su propia práctica es la propia recompensa para el sabio.
La maldad abunda en los deleites, en el insaciable sabor del placer; en base al epicurismo la continencia es una ofensa a la virtud y el es parte de la vida.
Pero en base al estoicismo no hay beneficio en las cosas que se nacen a partir del placer. Nuestra actitud se encuentra en la moderación, firmeza, sobriedad y serenidad.
Como una persona gobernada por el placer logra hacer frente a las amenazas y dificultades de la vida? El placer adormece los sentidos, en ella no hay forma de crecimiento porque se deleita en la conformidad.
Las personas gobernadas por el placer son incapaces de retomar control sobre ellos mismos porque están lejos de la moderación y del buen juicio. Ponen al placer en el pedestal, su sistema de valores gira en torno al vicio y a lo que practicaba en secreto, ahora lo hace en público; pierde la distinción entre lo moral e inmoral.
La persona que se entrega a la virtud puede estar segura de que cada paso que da no serán dañinas para él y aún el siendo excesivo con la virtud no llega a destruirse a el mismo como la persona que se inclina totalmente por el placer. La virtud es la que proporciona la libertad verdadera.
Los bienes que se derivan de la virtud son consecuencias del sumo bien y no por la satisfacción del placer. Pero la esclavitud comienza a partir de que la persona empezó a encontrar satisfacción en la fortuna adquirida, la virtud deja de ser fundamento de las acciones, y ahora el placer toma control sobre su juicio.
"Todo lo que por constitución del universo se ha de padecer, aceptémoslo con gran ánimo: a este juramento estamos obligados: soportar la naturaleza mortal y no perturbarse por cosas que no está en nuestra mano evitar. Hemos nacido en un reino: obedecer a Dios es libertad.
La verdadera felicidad, por tanto, está basada en la virtud. ¿Qué te aconsejará esta virtud? Que no juzgues bueno o malo nada que suceda sin virtud o sin maldad; luego, que seas inconmovible tanto frente a la adversidad como con la prosperidad, a fin de que, en la medida en que es lícito, te hagas dios. ¿Qué te promete por esta campaña?. Grandes cosas e iguales a las divinas: no te verás obligado a nada, no tendrás necesidad de nada, serás libre, sin peligro, sin daños; nada intentarás en vano, nada te estará prohibido; todo saldrá según tus deseos, nada sucederá en contra, nada contra tu parecer o voluntad. <<¿Entonces, qué? ¿Basta la virtud para vivir con felicidad?». Siendo ella perfecta y divina, ¿por qué no ha de bastar, o mejor dicho, sobrar? ¿Qué puede faltarle, en efecto, al que está situado más allá del deseo de cualquier cosa? ¿Qué le hace falta del exterior a quien todo lo suyo lo ha concentrado en sí mismo? Pero al que se está dirigiendo hacia la virtud, aunque haya avanzado mucho, necesita de algún favor de la fortuna, mientras aún está bregando en medio de los asuntos humanos, mientras deshace aquel nudo y todo vínculo mortal. ¿Qué diferencia hay, pues? Que están fuertemente atados, unos apretados, otros separados; también ese que ha avanza do hasta las alturas y se ha elevado muy alto arrastra una laxa cadena, no libre todavía, pero ya casi libre." - Séneca
La virtud sigue siendo un ideal digno a pesar de que el sabio llegue a cometer errores, los errores de la persona no llegan a manchar la dignidad del ideal. El ideal se puede poner a prueba con argumentos, el hecho de que la perfección sea un estándar inalcanzable no quiere decir que no sea noble.
Que otra opción queda si decidimos dejar el camino de la virtud porque es difícil? Entregarnos a la malevolencia porque es más fácil? Caer bajo el yugo de los placeres?
No se trata de perfección sino de un continuo mejoramiento de un ideal digno.
"Eliminar cada día alguno de mis vicios y purgar por ello mis errores."
El sabio es el primero en apuntar hacia sus propios errores y reconocer que falló ante los estándares de la virtud y corregirse a el mismo, por lo tanto se debe de admirar el esfuerzo que hace la persona a seguir caminando por el camino de la virtud.
El sabio reconoce que estado es preferible, si logra alcanzarlo no lo hace meramente basado por el placer sino porque reconoce las ventajas y desventajas de tener un cuerpo vigoroso, riquezas, salud; tales cosas no poseen al sabio, el sabio las usa y sabe desecharlas si es necesario.
Dar requiere criterio, no se trata de derrochar ni actuar con el impulso. Al dar se tiene que dar de forma desinteresada sin tener la expectativa de recibir algo a cambio. Séneca dice "colóquese el favor como un tesoro enterrado bien profundo, que no desenterraras si no fuera necesario.".... "No desenterraras si no fuera necesario." Si tienes la consideración de que en algún momento ocuparas el favor de vuelta, por tener esta consideración no le quitaría la pureza de dar?
"La naturaleza me ordena ser útil a los hombres."
La virtud queda intacta ante las riquezas y la pobreza, el sabio sabe cómo sobrellevar cada situación, si la riqueza está su mesa, el sabe que es preferible la riqueza por su utilidad.
"Prefiero moderar las alegrías a reprimir dolores. "
Es preferible que sobrevengan las cosas fáciles a experimentar las experiencias que demanden sangre y sudor porque el sabio no agregará sufrimiento innecesario a su vida, si sus acciones están guiadas por la virtud sabe que la virtud es placentera, sabe que las consecuencias de practicar la virtud son mejores que las consecuencias de vivir una vida de placeres.
"No hay razón, pues, para que pienses que existe virtud alguna sin esfuerzo, sino que unas virtudes precisan de estímulos, otras de freno."
En esto radica el sabio y el necio. El necio es controlado por las riquezas, omite cualquier posibilidad de perder sus posesiones, está totalmente dependiente de sus posesiones; en cambio el sabio medita en lo temporal que son las riquezas, el vive contento con el presente, sin preocuparse por el porvenir, las riquezas están bajo el mando de su sabiduría.
La felicidad: definición y opinión común
Las personas no meditan sobre que es lo que hace a una vida feliz sino que toman cualquier camino que traiga satisfacción sin importar a que lugar los vayan a dirigir.
Esto implica que debemos de vivir conforme a la razón y no de acuerdo a la semejanza de las otras personas que van guiadas conforme a lo que las demás personas hacen, no dependiendo del criterio de las demás personas
Hay que determinar lo que deseamos y saber por dónde dirigirnos y con rectitud podemos llegaremos al destino que buscamos, conociendo esto no deambulamos como las demás personas.
"Es nocivo, arrimarse a los que van delante y, prefiriendo cada cual creer a opinar, nunca se opina aparte, siempre se cree, y nos hace rodar y caer el yerro transmitido de mano a mano. Nos perdemos por el ejemplo ajeno; sanaremos si nos separamos de la masa."
Razón y opinión
No puede existir la razón entre la multitud porque son incapaces de interpretar la verdad, por esta razón es necesario separarse de la multitud y formular su propia crítica, no fiarse del estatus ni siquiera porque las personas pueden ser vistosas al exterior pero miserables en su interior
La verdadera felicidad
"Busquemos algo no bueno en apariencia, sino consistente y constante, y hermoso por su parte más secreta. Desenterrémoslo; no está sepultado lejos. Lo encontrarás; solo necesitas saber dónde alargar la mano."
La felicidad está al alcance nuestro pero hay que saber dónde encontrarla.
"Es feliz la vida que es conforme a la naturaleza."
La vida conforme a la naturaleza es indiferente a los eventos exteriores, vive por medio de la virtud y su satisfacción proviene de ella. Es capaz de utilizar los dones que se le ha otorgado sin ser esclavo a ellos.
Definiciones del sumo bien
«El sumo bien es el espíritu que desprecia los azares, contento con la virtud», o «una fuerza de espíritu invencible, conocedora de la realidad, serena en la acción, con mucha humanidad y preocupación por sus convecinos».
El hombre feliz solo ve el alma de las personas, para el no hay nada bueno o malo, solamente alma buena o mala; es amigo de la virtud y enemigo del placer; cuyo espíritu libre es estable, fuera del miedo y del deseo. El se alegra por lo que tiene y no podía un patrimonio mayor que el familiar.
El hombre feliz es indiferente de la fortuna y sabe que una vez sometido al placer, el se convertirá esclavo del dolor
La libertad del sabio
La persona feliz está a merced de la razón, libre del deseo y del temor, esto lo hace inmune a las eventualidades de la vida. La razón lo mantiene expuesto a la verdad, no se deje engañar por apariencias que satisfacen la perversidad del hombre que carece de razón.
Placer y felicidad
No hay cordura en elegir algo que nos dañará el día de mañana solo por satisfacer el día de hoy. Sin cordura nadie puede ser feliz. Sin el juicio recto nadie puede ser feliz.
"Elegir lo malo en vez de lo bueno es locura."
Oposición de la virtud y el placer
Séneca argumenta que incluso la persona más infame es capaz de tener una vida placentera pero eso no quiere decir que sea una vida virtuosa y hay gente virtuosa que no viven una vida placentera, llena de penurias a pesar de ser honestas.
Los conceptos son totalmente opuestos, que una persona experimente una cosa no quiere decir que la otra este presente.
"La virtud es algo elevado, excelso y regio, invencible, inagotable; el placer, algo rastrero, servil, cobarde, caduco, cuya residencia y domicilio son los burdeles y las tabernas."
La virtud no tiene vergüenza de practicar a luz del día, en cambio el placer busca la oscuridad para deleitarse.
La virtud es inmortal, no se puede acabar, y no se siente hartazgo ni descontento. El placer, por el contrario, justo cuando se deleita, se extingue; no tiene mucho espacio
Vivir según la naturaleza
"Pues por eso los antiguos recomendaron seguir la vida mejor, no la más placentera, de modo que el placer sea no el guía, sino el compañero de la recta y buena voluntad."
No una vida hedonista sino la vida virtuosa es la que nos trae la felicidad, así el placer ya no es guía sino compañero de seguir las buenas voluntad
El placer sobrevenido
No practicamos la virtud porque procuramos el placer, el placer es un subproducto de practicar la virtud.
"El placer no es la recompensa ni la causa de la virtud."
La virtud por si sola es placentera, su propia práctica es la propia recompensa.
La actitud ante el placer
La maldad abunda en la deleites, en el insaciable sabor del placer, en base al epicurismo la continencia es una ofensa a la virtud y el es parte de la vida
Pero en base al estoicismo no hay beneficio en las cosas que se hacen a partir del placer. Nuestra actitud se encuentra en la moderación, firmeza, sobriedad y serenidad
Impotencia de la sabiduría epicúrea
Como una persona gobernada por el placer logra hacer frente a las amenazas y dificultades de la vida? El placer adormece los sentidos, en ella no hay forma de crecimiento porque se deleita en la conformidad.
El sabio está por encima del placer
El peligro del epicureísmo
Las personas gobernadas por el placer son incapaces de retomar control sobre ellos mismos porque están lejos de la moderación y del buen juicio. Ponen al placer en el pedestal, su sistema de valores gira en torno al vicio y a lo que practicaba en secreto, ahora lo hace en público.
El verdadero sentido de la doctrina de Epicuro
La persona que se entrega al placer pierde el juicio sobre sus acciones porque son guiadas a deleitarse del placer y pierde el sistema de valores el cual hacia distinción entre lo moral e inmoral.
La persona que se entrega a la virtud puede estar segura de que cada paso que da no serán dañinas para él y aún el siendo excesivo con la virtud no llega a destruirse a el mismo como la persona que se inclina totalmente por el placer
El riesgo del placer
Entre más placer menos libertad tiene la persona, se convierte en esclavo del placer y la falsa felicidad, sus prioridades van a girar en torno al placer, esa persona ya no adquiere placer sino el placer lo ha adquirido a el. En cambio la virtud es la que proporciona la libertad verdadera.
Obedecer a Dios es libertad
El placer del sabio viene de la práctica de la virtud, los bienes que se derivan de la virtud son consecuencias del sumo bien y no por la satisfacción del placer. Pero la esclavitud comienza a partir de que la persona empezó a encontrar satisfacción en la fortuna adquirida, la virtud deja de ser fundamento de las acciones, y ahora el placer toma control sobre su juicio.
Un hombre entorpecido por el placer es incapaz de ser benefactor de la sociedad porque prioriza sus placeres.
Solo la virtud puede elevar al hombre y sostenerlo a través de las dificultades porque no tiene expectativas en eventos o bienes; puede ser despojado de todo pero permanecerá firme
"Todo lo que por constitución del universo se ha de padecer, aceptémoslo con gran ánimo: a este juramento estamos obligados: soportar la naturaleza mortal y no perturbarse por cosas que no está en nuestra mano evitar. Hemos nacido en un reino: obedecer a Dios es libertad."
La felicidad del sabio
La verdadera felicidad, por tanto, está basada en la virtud. ¿Qué te aconsejará esta virtud? Que no juzgues bueno o malo nada que suceda sin virtud o sin maldad; luego, que seas inconmovible tanto frente a la adversidad como con la prosperidad, a fin de que, en la medida en que es lícito, te hagas dios. ¿Qué te promete por esta campaña?. Grandes cosas e iguales a las divinas: no te verás obligado a nada, no tendrás necesidad de nada, serás libre, sin peligro, sin daños; nada intentarás en vano, nada te estará prohibido; todo saldrá según tus deseos, nada sucederá en contra, nada contra tu parecer o voluntad. <<¿Entonces, qué? ¿Basta la virtud para vivir con felicidad?». Siendo ella perfecta y divina, ¿por qué no ha de bastar, o mejor dicho, sobrar? ¿Qué puede faltarle, en efecto, al que está situado más allá del deseo de cualquier cosa? ¿Qué le hace falta del exterior a quien todo lo suyo lo ha concentrado en sí mismo? Pero al que se está dirigiendo hacia la virtud, aunque haya avanzado mucho, necesita de algún favor de la fortuna, mientras aún está bregando en medio de los asuntos humanos, mientras deshace aquel nudo y todo vínculo mortal. ¿Qué diferencia hay, pues? Que están fuertemente atados, unos apretados, otros separados; también ese que ha avanza do hasta las alturas y se ha elevado muy alto arrastra una laxa cadena, no libre todavía, pero ya casi libre. - Séneca
Los principios y la conducta
No alimentar los reproches inútiles del necio que solo quiere que alimenten si malevolencia.
No se trata de perfección sino de un continuo mejoramiento de un ideal digno.
"Eliminar cada día alguno de mis vicios y purgar por ello mis errores."
La malevolencia no respeta a nadie
El sabio sabe que la virtud es un ideal digno y sabe apuntar hacia los propios vicios que tiene que eliminar.
El mensaje de la virtud no se mancha por los errores que cometemos.
El ideal se puede poner a prueba con argumentos, el hecho de que la perfección sea un estándar inalcanzable no quiere decir que no sea digno.
Que otra opción queda si decidimos dejar el camino de la virtud porque es difícil? Entregarnos a la malevolencia porque es más fácil?
La envidia, el origen de la maledicencia
La gente que envidia tiene a la virtud como enemiga, le es invalida porque el humano llega a cometer errores por lo tanto no llega a ser digno estándar, siendo así la malevolencia llega a ser 'virtuosa'
El valor del esfuerzo filosófico
En el esfuerzo y el carácter está el valor, aún el sabio que pueda que cometa errores como cualquier otra persona, esos errores no invalidan la virtud, aunque una persona falle sigue siendo admirable el trabajo que hace por mejorar.
El sabio tiene como estándar servir a la sociedad, indiferencia ante aquello a lo cual no tiene control alguno, no se apega a las posesiones con avaricia ni las derrocha.
"Todo lo que yo haga sin testigo, creeré que lo hago a la vista de la gente."
La conciencia libre es su tranquilidad
Las preferencias del sabio
El sabio llega a tener preferencias no para deleitarse de placer, lo obtiene porque es conveniente y puede llegar a perder las posesiones estar apegado a ellas.
Y sabe que con la virtud tiene la capacidad de administrarlas.
Los dones de la fortuna son subproductos de haber actuado conforme a la virtud.
El papel de las cosas preferibles
El sabio reconoce que estado es preferible, si logra alcanzarlo no lo hace meramente basado por el placer sino porque reconoce las ventajas y desventajas de tener un cuerpo vigoroso, riquezas, salud; tales cosas no poseen al sabio, el sabio las usa y sabe desecharlas si es necesario.
El uso de las riquezas
El sabio obtendrá riquezas de manera honesta y honrada, logra acumular, administrar y multiplicar sin que las riquezas tomen control de el, se mantiene sereno en todo momento. El logra desprenderse, compartir de sus riquezas con quién es bueno.
El arte de dar
Dar requiere criterio, no se trata de derrochar ni actuar con el impulso.
Al dar se tiene que dar de forma desinteresada sin tener la expectativa de recibir algo a cambio. Séneca dice "coloquese el favor como un tesoro enterrado bien profundo, que no desenterraras si no fuera necesario.".... "No desenterraras si no fuera necesario." Si tienes la consideración de que en algún momento ocuparas el favor de vuelta, por tener esta consideración no le quitaría la pureza de dar?
"La naturaleza me ordena ser útil a los hombres."
El apego a las riquezas
La virtud queda intacta ante las riquezas y la pobreza, el sabio sabe cómo sobrellevar cada situación, si la riqueza está su mesa, el sabe que es preferible la riqueza por su utilidad.
"Prefiero moderar las alegrías a reprimir dolores. "
Es preferible que sobrevengan las cosas fáciles a experimentar las experiencias que demanden sangre y sudor porque el sabio no agregará sufrimiento innecesario a su vida, si sus acciones están guiadas por la virtud sabe que la virtud es placentara.
"No hay razón, pues, para que pienses que existe virtud alguna sin esfuerzo, sino que unas virtudes precisan de estímulos, otras de freno."
El necio y el sabio
El necio es controlado por las riquezas, omite cualquier posibilidad de perder sus posesiones, está totalmente dependiente de sus posesiones; en cambio el sabio medita en lo temporal que son las riquezas, el vive contento con el presente, sin preocuparse por el porvenir, las riquezas están bajo el mando de su sabiduría
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