"El camino es pedregoso y escarpado, se pueden llegar a las alturas por el llano?"
Es una realidad que en el camino se encuentra dificultades y esa tiene que ser nuestra expectativa pero también habrán desafíos que solamente aparentan ser difíciles pero ya al verlos de manera clara uno puede concluir que no son tan malos como parecían.
"El sabio no puede recibir ningún ultraje ni ofensa"
Cada persona tiene su propia lucha, sus propios contrincantes pero el trabajo del sabio es cumplir con el deber, elevarse por encima del placer y el dolor; y actuar con coraje.
El sabio sabe soportar las cosas con buen ánimo porque reflexiona en la experiencia de los ultrajes y desarrolla paciencia a través de ellos
"Invulnerable es no lo que no recibe golpes, sino lo que no sufre daño."
La fortaleza más fiable no es la que no es atacada sino la que no es vencida, es la que tiene la capacidad de recibir golpes sin recibir daño. La verdadera fuerza confiable es la que confronta las pruebas, como se puede saber lo fuerte que es uno sin tener prueba que lo refute?
El necio pide una vida sin dificultades, el placer es su mayor objetivo y el miedo su mejor amigo. Quien quiere la vida del débil quien se derrumba con la más pequeña ventisca? Quiere disfrutar de los frutos de la virtud sin cumplir con su deber
No es de necios desear ser fuertes sin exponerse ante las dificultades que demanden fortaleza? Es como el boxeador que quiere ser campeón sin recibir golpes.
El animo del sabio es sólido, es inmune al ultraje; no hay dificultad que lo logre corromper; muestra calma y seguridad en territorio enemigo. No desea que las cosas pasen de acuerdo a sus deseos sino que desea que pasen como tienen que pasar porque sabe que lo único que está en su control es su propio ánimo.
Lo que afecta a una persona no es el dolor sino la idea del dolor, por eso los hombres de espíritu débil se quiebran ante la ofensa porque ella provoca dolor interno.
El propósito del ultraje es hacer el mal pero la sabiduría no deja lugar al mal, si el sabio está ocupado en la virtud el ultraje no puede llegar a el porque es incompatible.
"Si el ultraje es padecer un mal, y el sabio no puede padecer ningún mal, ningún ultraje alcanza al sabio."
El peor mal por el que puede pasar una persona es abandonar la virtud, ceder ante el mal y dejar la sabiduría. Si el mayor bien que tiene el sabio es su virtud, en realidad no puede perder nada porque si confianza no se encuentra en lo externo porque el se complace en la sabiduría y en la virtud, las cuales son independientes, inviolables, inmutables, inquebrantables y tan inflexibles ante el azar que ni siquiera pueden ser doblegadas y mucho menos vencidas
"En consecuencia, no perderá nada que pueda sentir como pérdida, porque su única posesión es la virtud, de la cual no puede jamás ser desposeído."
Quien se lamenta de la pérdida de lo ajeno? Nadie. Siendo así el sabio considera todos los bienes como ajenos, sujetos a la fortuna. Y aún el sabio teniendo en sus manos sus bienes, sabe que ellos están seguros porque su virtud está segura.
Nada se pierde en realidad, lo que está en manos del sabio en este preciso momento es lo que tiene que estar en su posesión. El no desea lo que no tiene y no se lamenta por lo que ya no tiene, acepta todo lo que es.
"La posesión de todo lo que nos viene de fuera es escurridiza e insegura."
El espíritu del sabio tiene que elevarse por encima del placer y sufrimiento; porque si el hombre sabio es el que práctica y se deleita en la virtud y sabiduría las cuales son propias de su control, eternas e incorruptibles; el no puede verse afectado por lo que es efímero y corruptible porque una no puede darle lugar a la otra, son incompatibles.
"De esta manera el sabio es capaz de sobrellevar con calma las dificultades y con moderación la prosperidad, sin rendirse ante aquellas no confiarse en estas, y seguir siendo él mismo en situaciones diversas, y no considerarse dueño de nada salvo de si mismo, y de si mismo, además, en que es mejor."
El necio pone su confianza en lo externo, en el hombre mortal que muerde la mano, en la fama que se puede manchar, en los bienes que se pueden quemar y en el poder que se puede acabar; por esas razones el vive en miedo, le aterran las dificultades, huye de las pruebas porque es débil embriagado por la comodidad y engañado por la felicidad ilusoria del placer.
El necio pierde todo pero "el hombre perfecto colmado de virtudes humanas y divinas, nada pierde."
El sabio es un ideal real personificado por diferentes personas en la historia que se enfrentaron a situaciones que exigían actuar con virtud. Si el sabio ha existido, el ideal del sabio es posible y si uno puede ser sabio el ultraje no tiene efecto en el porque la virtud es superior a la maldad.
Una persona puede verse dañada sin haber recibido realmente el daño, porque la persona aunque no fue dañada pudo haber percibido y haberse dejado dañar en su interior por su propia percepción. El sabio es dueño de su percepción y como está en su control, está no puede verse dañada.
Si el sabio tiene virtud, no le hace falta nada más que pueda recibir como beneficio, ni puede el malo dañarlo porque no hay nada que pueda dañar la virtud.
El hombre sabio se acerca a la divinidad al caminar con sabiduría; sus pasos son serenos encaminados a lugares excelsos y saludables para el mismo y para los demás. Se apoya en la razón e incluso sabe que los ultrajes de la fortuna no tienen efecto en el porque aún antes la muerte no la tiene como enemiga porque forma parte de la vida.
El sabio no tiene esperanzas en la fortuna ni vive en el miedo, acepta y ama el destino gracias a la posesión de la virtud que no es afectada por nada externo; y si quien posee la virtud es virtuoso, dueño de su mismo también es libre, imperturbable ante todo ultraje de la fortuna o persona.
El sabio conoce su grandeza y se hace saber así mismo que nadie tiene poder sobre el por esta razón no deja que una ofensa llegue a sembrar resentimientos en su espíritu porque hacerlo es algo que una persona débil haría
El sabio no es insensible al dolor, el es capaz de reconocer la naturaleza de las cosas y actúa de la mejor manera guiado por la razón y la virtud. Toma las pequeñeces como cosas vanas y ridiculous, las pasa de largo porque no forman parte de la realidad objetiva
Las cosas inferiores no tienen valor como para subyugar las cosas de mayor valor. La maldad no tiene forma de someter a la virtud.
Nadie menosprecia lo mayor y lo mejor. El sabio no puede sentirse menospreciado por el necio porque el necio persigue el placer, lo irracional y la maldad, las cosas inferiores y el sabio persigue la virtud, razón y sabiduría, las cosas superiores.
"La misma actitud que tenemos nosotros hacia los esclavos jóvenes la tiene el sabio hacia todos aquellos que tienen un carácter infantil aún después de la juventud y ya con ganas."
Los niños son inconstantes, indisciplinados, guiados por el miedo y perseguidores de los placeres; no son así los necios? Si es así porque sentirme menospreciado por aquel que es guiado por cosas inferiores cuando yo busco las cosas superiores?
El sabio tiene que ver las ofensas como bromas de niños y algunas veces amonestarlos para que dejen de hacerlo. El sabio es médico que está a disposición de los enfermos, receta el tratamiento con respeto con el fin de buscar el bien en el enfermo, el no se enoja si el enfermo no tomo su medicamento así como un rey no se ofendería por la ofensa de un plebeyo.
En el momento en el que el sabio se deje llevar por la ofensa, abandona la serenidad la cual es propia del sabio y por lo tanto deja de actuar como uno.
"Quien pelea se hace adversario, y, para vencer, se puso al nivel del otro."
En el momento que nos molestamos por una ofensa, dejamos la condición de sabios para rebajarnos al nivel de la otra persona.
La calma viene de un lugar interno y no de las circunstancias.
"El sabio avanza contra la opinión de todos"... Esto porque el sabio es guiado por la verdad y no lo que es plausible por la opinión popular; el no se rige por los valores de las demás personas.
El sabio tiene que tener la capacidad de soportar los muchos, los pocos, los grandes y los pequeños ultrajes; quien impone límites precisos a la grandeza de la virtud hace mal. Quien dice "esto se puede soportar pero esto no" hace mal porque pone límites a la virtud.
"La fortuna nos vence, si no la vencemos totalmente."
No hay nada que la fortuna pueda tomar del sabio porque nada le pertenece a el. Y no hay ultraje que pueda dañarlo porque es dueño de si mismo.
Ante una ofensa, si la merezco, es un criterio justo. Si no me lo merezco quien debe de tener vergüenza es quien cometió la injusticia.
Cuando la persona decide abandonar la razón el espíritu se debilita, es fácil que quede vulnerable ante las ofensas por esta razón en el momento en que la ofensa se vuelve inmanejable debemos retirarnos lejos para evitar volvemos insensatos y no hay que mortificarse por las ofensas.
La libertad es elevar el ánimo por encima de las cosas exteriores, la expectativa ata la libertad ante lo deseado y permitir que las circunstancias externas dicten nuestro ánimo es esclavitud.
La alegría del sabio proviene de lo que está en su control, en la virtud, sabiduría y razón; no en las opiniones, eventos o bienes porque ellos son efímeros e inconsistentes; la fortuna no puede abatir el ánimo del sabio.
Los imperfectos viven de los bienes, la opinión pública, ofensas y ultrajes, sus ánimos están sujetos a las cosas inferiores por eso son esclavos de las circunstancias, son fáciles de ser dañados por la fortuna.
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